jueves, 19 de noviembre de 2009

NO SALIERON TUS PROYECTOS ? LEE ESTA HISTORIA Y NO TE DERRUMBES

EMPRESARIOS ANTICRISIS
Mientras el Bank of América, Nissan y Starbucks anuncian despidos y cierres, un empresario peruano pequeño busca capitales ángeles en Holanda para su proyecto de infraestructura de metal-mecánica en tiendas de retail.

Arón Prado empezó vendiendo jeans hace más de 20 años en el Mercado Central, hasta que detectó una oportunidad en la venta de maniquís.

Sobre Arón, hay una parte de historia conocida y otra menos conocida. La historia conocida tiene que ver con la forma en que identificó las oportunidades que dieron lugar a Acrimetal y Mobilia, las dos empresas familiares que dirige.

La oportunidad de Acrimetal se le presentó a través de una vecina que ofrecía maniquís en un puesto cercano al suyo y que no tenía un horario fijo de atención. Los clientes que llegaban y encontraban el puesto cerrado, le preguntaban por el horario de atención. Arón detectó que había una demanda constante por estos productos.

Al poco tiempo, la señora decidió cerrar su puesto y Arón le propuso que le deje en consignación los 5 maniquís que tenía de stock en el puesto. La señora aceptó y le dijo que una vez que los vendiera le fuera a pagar a su casa.

A los dos días de dejarle los maniquís, Arón estaba visitando a la señora para pagarle la deuda por los primeros 5 maniquís vendidos. En dicha visita, observó que la señora tenía 12 maniquís más en su casa y le consultó si podía llevárselos. La señora, mucho más confiada en su nuevo vendedor, aceptó darle estos nuevos maniquís en consignación y así empezó ACRIMETAL, una empresa que hoy día tiene el 60% del mercado nacional. Al principio, comercializaba los maniquís que le proporcionaba su antigua vecina hasta que empezó a producirlos en 1990.

El entusiasmo de Arón lo indujo a intentar vender sus maniquís a una de las tiendas de retail más grandes del país. Casi todos los días visitaba a la gerente de merchandising y también todos los días recibía como respuesta que los maniquís se importaban para las tiendas. Pero Arón seguía soñando en convertirse en proveedor de estos almacenes y periódicamente se aparecía por la gerencia para consultar si había algo para él.

Un día la gerente le dijo que tenía dos maniquís que necesitaban una reparación y le consultó si podía hacerla pero que como era urgente, esperaba que pudiera estar lista para el día siguiente. Arón tomó los maniquís bajo el brazo y se fue a su taller para hacer la reparación. Ese día tuvo que parar otros trabajos, pero la reparación estuvo lista para el día siguiente.

Al poco tiempo recibió una llamada de emergencia de la gerente de merchandising de la empresa diciéndole que iban a abrir una nueva tienda en Miraflores y que no habían llegado los maniquís que estaban importando. Le pidió que le prestara todos los maniquís que tenía en stock en su local de exhibición de Villa El Salvador. El los prestó sin costo alguno y como cortesía fue invitado a la inauguración del nuevo local.

Esa noche conoció al gerente general de los grandes almacenes y fue presentado como el que había salvado la noche con los maniquís prestados. Ese día el gerente general le dijo que en adelante todos los maniquís serían peruanos.

Pero su historia no acaba allí, cuando ya funcionaba su local en Villa El Salvador, frecuentemente tocaban la puerta del taller consultando si vendía muebles. Como se sabe, Villa El Salvador es un conglomerado productivo asociado a la venta de muebles de madera.

El pensó que podía aprovechar ese flujo de demanda que acude a Villa El Salvador para ofrecer otro tipo de muebles y buscó en Ate proveedores de muebles de metal. Así nació Mobilia, la segunda empresa de Arón que se dedica a la producción de muebles y estructuras metálicas. Actualmente, le vende a instituciones del Estado como el INPE, los Ministerios del Interior y de Educación; y, es subcontratado por las empresas que implementan las nuevas tiendas de retail para elaborar las estructuras metálicas de exhibición.

Esta circunstancia lo motivó a presentar su proyecto al concurso Bid Challenge Perú para proyectos de inversión donde obtuvo el segundo puesto y de premio el viaje a Holanda para buscar inversionistas para su proyecto.

La historia menos conocida es que su mayor inversión ha sido la educación de sus dos hijos mayores. En un primer momento, ambos eligieron carreras técnicas que les permitieran empezar a trabajar rápidamente en las empresas familiares, Administración en IPAE y Comercio Exterior en ADEX. Hoy día, se están preparando para los nuevos retos que enfrentarán sus empresas estudiando Contabilidad e Ingeniería Industrial.

No sabemos si Arón regresará con su capital ángel, pero de lo que si tenemos certeza es que ha sabido hacer las cosas y a través de su experiencia todos los empresarios pueden identificar algunas claves para el crecimiento empresarial.

Abrir los ojos para identificar una demanda.
Disciplina en los horarios de atención.
Perseverancia para buscar sus mercados.
Honrar las deudas y los compromisos.
Invertir para ganar: tener cortesías con potenciales clientes.
No dejar de soñar.
Apostar por su equipo de trabajo.
No tener miedo de compartir su espacio de poder con inversionistas que apuesten su capital por ayudarlos a crecer: inversionista angel.
Prepararse para las nuevas oportunidades: educación